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Jakob Schubert da la sorpresa y vence en Munich

La quinta prueba de la Copa del Mundo de bouldering de la IFSC fue probablemente una de las más emocionantes en lo que llevamos de año. Cerca de 5000 espectadores abarrotaron el Olympia Stadion para ver en acción a algunos de los grandes ídolos de la escalada, animando constantemente a los escaladores ante cada pegue de mérito que hacían.

Ausencias y decepciones en las semifinales

Munich no pudo contar para la ocasión con el grueso de los escaladores japoneses más destacados, a saber: Miho Nonaka y Akiyo Noguchi en el cuadro femenino; Narasaki, Fujii y Sugimoto en el cuadro masculino. Todos ellos habituales en las finales de este 2019, pero que se ausentaron para preparar el campeonato de Japón en modalidad combinada, una competición relevante ante todo si tenemos en cuenta que Tokio 2020 no queda tan lejos como parece. Tampoco asistió una vez más la británica Shauna Coxsey, que como ha venido comentando a lo largo de la temporada se está centrando en la preparación de cara a los Juegos Olímpicos del próximo año.

Con este panorama, Munich se convertía en el lugar adecuado para acceder a la final por parte de los menos favoritos, como así fue. Por lo pronto, las semifinales contaron con la sorprendente eliminación de Jernej Kruder, Gregor Vezonik y Yoshikuyi Ogata. Especialmente relevante es el caso de Kruder, ya que desde que consiguiera alzarse con la victoria en Moscú no ha sido capaz de acceder de nuevo a una final. También sorprendente fue la eliminación de Jessica Pilz en el cuadro femenino, del mismo modo que la eslovena Luka Rakovec, si bien en este caso la dificultad que presentaron los cuatro problemas de las semifinales pudo ser el causante principal de dichas eliminaciones en el cuadro femenino. Y es que de las 20 atletas del cuadro femenino, solo dos de ellas consiguieron alcanzar algún top en semifinales. Janja Garnbret fue una de ellas, conquistando los cuatro problemas, y la sorpresa más grata fue la de la ucraniana Kazbekova, que con un único top conquistó el segundo puesto y el acceso a su primera final.

La final masculina, emoción hasta el último minuto

Una de las mejores noticias que nos trajo Munich fue la de encontrar a Adam Ondra de nuevo en una final, tras haberse encontrado indispuesto en China, donde solo participó en uno de los dos eventos. A pesar de seguir sin encontrarse al 100%, no pareció notarse de cara a la final, consiguiendo encadenar los tres primeros problemas haciendo flash en todos ellos. Sin embargo, no iba a ser suficiente para alzarse con la victoria.

Y es que en la final apareció un competidor aparentemente inesperado que viene mostrando una tendencia al alza a medida que avanza la temporada: el austriaco Jakob Schubert. Probablemente la confianza obtenida tras su podio en China le permitió acudir a la cita de Alemania con la aspiración de asentarse en las finales, y vaya si lo hizo. A pesar de un titubeante inicio, donde solo pudo alcanzar la zona en el primer problema, la insistencia en la resolución del resto de los problemas le brindó una victoria tan sorprendente como meritoria. La resolución del último de los problemas, con uno de los movimientos dinámicos más espectaculares de la jornada, fue la culminación a una victoria que el austriaco no obtenía desde 2013. Ondra, que no alcanzó la zona en el último problema, vio empañado su impecable campeonato y se tuvo que conformar con un segundo puesto que, si bien le deja un sabor agridulce, le devuelve a la senda de la competitividad para lo que resta de temporada.

El tercer puesto lo ocupó el ídolo local Jan Hojer, el único que resolvió el último problema en flash, y que junto con el top en el segundo problema y las dos zonas en los restantes le valió para estar entre los tres mejores para alegría de los asistentes. Sin embargo, si algo demuestra que las competiciones de bouldering son diferentes a otras disciplinas es que el apoyo del público no entiende de nacionalidades. Sino que se lo pregunten al ruso Aleksey Rubtsov, que se hizo con el cuarto puesto y que fue probablemente uno de los atletas más ovacionados en cada uno de los problemas. Un Rubtsov especialmente sonriente consiguió contagiar su enstusiasmo al público asistente y, de no ser por el último problema, sin duda hubiéramos estado ante un podio seguro. En quinto y sexto lugar quedaron el esloveno Anze Peharc y el coreano Jongwon Chon, a quien las finales este año parecen quedarle demasiado grandes a pesar de haber sido campeón de la temporada en 2015 y 2017.

La épica la puso Mia Krampl

Respecto a la final del cuadro femenino, Janja Garnbret volvió a conquistar una vez más, y ya van cinco de cinco posibles este año, el primer puesto de la competición. Si alguien se dedicara a ver solamente a Garnbret encadenando problemas pensaría que el grado de dificultad es muy bajo. Pero basta ver cómo en las semifinales ella sola consiguió más tops que las otras 19 participantes juntas para darse cuenta de que estamos ante una atleta que reúne condiciones únicas para hacer historia en el mundo del bouldering.

No debemos restarle méritos al segundo puesto obtenido por la francesa Fanny Gibert, que en las finales casi siempre cumple con creces. Tras haberse quedado fuera de las dos finales de China, ejecutó una final muy sólida, resolviendo los cuatro problemas, uno de ellos en flash, y exigiendo a Garnbret un campeonato casi perfecto, tal y como finalmente fue. La francesa se mostró igualmente satisfecha a pesar de tener que conformarse con el segundo puesto, y pareció ser una de las que más disfrutó del ambiente de Munich.

Pero si alguien levantó las ovaciones del público asistente fue la eslovena Mia Krampl. Con una más que visible cojera en la rodilla izquierda, había incluso dudas sobre si sería capaz de realizar la final entera. Tras no alcanzar siquiera la zona en el primer problema, pocos eran los que confiaban en un buen resultado de la eslovena. Pero ella decidió afrontar el resto del campeonato asumiendo que debía resolver los problemas a pesar del dolor. Cada paso en el segundo problema parecía ser una odisea, pero cuando ya pocos apostaban por ella consiguió hacerse con un primer top que le brindó esperanza de poder ir más allá. Encadenó el tercer problema con relativa facilidad, pero la épica llegó sin duda en el último problema.

Mostrando de forma muy visible el dolor que sentía en la rodilla, casi al borde de las lágrimas, apostó por un movimiento muy creativo para superar el tramo final sin tener que recurrir a forzar la pierna izquierda.

Así resolvió Mia Krampl uno de los bloques críticos del cuarto problema.

El ingenio mostrado para que sus limitaciones físicas le afectaran lo menos posible le valieron un tercer puesto que le supo a victoria. Sin duda alguna el momento más emotivo de la noche.

A las puertas del podio se quedó la francesa Julie Chanourdie, que disputó su segunda final consecutiva. Algo más nerviosa que en la anterior final, pero con un resultado más satisfactorio, conquistando el último problema en flash. La ucraniana Kazbekova se hizo con un digno quinto puesto, peleando cada problema con una insistencia que hará que la volvamos a ver de nuevo en una final más pronto que tarde.

No tuvo tanta suerte la eslovena Katja Kadic, que solo pudo superar uno de los problemas con éxito.

Tras estos resultados, Adam Ondra vuelve a elevarse a lo más alto e la clasificación general, mientras Garnbret amplia su distancia en el cuadro femenino, con 500 puntos de 500 posibles.

La próxima cita tendrá lugar en Vail, Estados Unidos, los días 7 y 8 de junio.

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