La localidad de Vail (Estados Unidos) fue la ubicación escogida para albergar el último campeonato de boulder de la temporada. Con el título decidido en el cuadro femenino, la tensión se palpó principalmente en la lucha por el título entre Adam Ondra y Tomoa Narasaki, los dos únicos aspirantes, a quienes separaban 24 puntos de diferencia.
Sin duda el principal aliciente en el cuadro femenino fue ver si la eslovena Janja Garnbret, que hasta el momento intratable en los cinco anteriores campeonatos, era capaz de ser la primera atleta capaz de conseguir hacerse con todos los títulos de boulder de la temporada. Viendo la dinámica, lo esperable era que lo consiguiera. Sin embargo, Janja tuvo probablemente uno de sus campeonatos más difíciles. No estuvo del todo cómoda en las semifinales, pasando como segunda por detrás de la francesa Fanny Gibert, y principalmente en los dos primeros problemas de la final se le vio sufrir más de lo habitual, mostrando ciertas molestias en el hombro izquierdo.
Las japonesas Miho Nonaka y Akiyo Noguchi se mostraron muy seguras en los dos primeros problemas, y viendo el modo con el que había sufrido Garnbret, se tornaba una final más apretada de lo esperado. Hasta que llego el M3. Ni Nonaka ni Noguchi fueron capaces de superar el tercero de los problemas, algo que dejaba casi en bandeja la posibilidad de obtener una ventaja significativa de cara al M4. No sin dificultades, Janja alcanzó el top tras varios intentos. En el último problema, Nonaka volvió a fallar pero no así la japonesa Noguchi, que obligaba a Janja Garnbret a tener que resolver el último problema. A pesar de la presión, la eslovena terminó el M4 con un emocionante top en flash, algo que no había conseguido en los tres anteriores problemas, que le valía para hacerse también con el título en Vail. Un emocionante final que hace poner en valor lo que ha conseguido hacer este año: ganar todos los campeonatos posibles. En el podio la acompañaron la japonesa Akiyo Noguchi y la francesa Fanny Gibert, que son precisamente las dos atletas que la acompañan en el podio general de la temporada. No se debe desmerecer el trabajo realizado con ambas, quienes si bien han quedado a la sombra de la perfección de Garnbret se han mostrado en casi todos los campeonatos como rocosas competidoras. Si Janja quiere seguir ganando, no deberá bajar la guardia. Acompañaron en la final las japonesas Miho Nonaka y Mao Nakamura, y la francesa Luce Douady, que a sus 15 años disputaba su primera final.
Cuando empezó la temporada, todo el mundo puso su mirada en el checo Adam Ondra. El ídolo de masas partía con la expectativa de hacerse con el título esta temporada como anticipo de lo que espera obtener en Tokio 2020. Muchos esperaban una ardua disputa con Jernej Kruder, pero el hasta ahora vigente campeón no ha tenido ni mucho menos su mejor año. Por ahí andaba también discretamente el japonés Tomoa Narasaki, segundo el año anterior pero mostrando siempre una sobriedad y una seguridad que le permiten estar casi siempre en el podio. Una seguridad que Adam, a pesar de sus tremendas capacidades, no ha sido capaz de mostrar del todo este año. Y este último campeonato ha sido quizá el reflejo de toda la temporada. Partía Ondra con esa ventaja de 24 puntos que le permitía conformarse con el segundo puesto en Vail. Pero el quinto puesto alcanzado en las semifinales no anticipaba precisamente una final sencilla. El resto de participantes en la final se habían mostrado especialmente fuertes, en especial el japonés Yoshikuyi Ogata y el coreano Jongwon Chon, que volvía a quedar primero en la semifinal. Tomoa Narasaki, cuarto clasificado en la semifinal, tampoco empezaba en una posición fácil, pero la regularidad mostrada en el resto de finales le daba un plus a su favor.
Los dos primeros problemas mostraron que todos los competidores aspiraban a hacerse con la gloria en Vail. Solo el canadiense Sean McColl fue incapaz de resolver uno de los dos primeros problemas. El resto solventaron sin mayores dificultades el M1 y el M2, incluyendo flashes de Adam Ondra (M2), Tomoa Narasaki (M1), Jan Hojer (M1) y Jongwon Chon (M2). Pero todo se decantó en el tercer bloque. Un tercer bloque que requería mucho equilibrio para superar el primer tramo, y que se le atragantó a Adam Ondra. Incapaz de alcanzar la zona, fue probablemente el momento en el que fue consciente de que el título ya no estaba en sus manos. Justo detrás suyo fue el turno de Narasaki, que tras un par de intentos consiguió alcanzar un top que le colocaba en muy buen lugar para el M4. Hacía falta una carambola más: que un tercero se interpusiera entre Ondra y Narasaki. Y ese fue Yoshiyuki Ogata, que superó también el M3.
Con toda la presión para Ondra, el M4 se le hizo demasiado cuesta arriba, y aunque voluntarioso, no pudo alcanzar el top. Aunque Narasaki tampoco pudo hacerse con el top, se aseguraba por lo menos el segundo puesto en Vail, suficiente para ser el campeón de la temporada 2019. Y es que solo un milagro podía permitir a Adam Ondra terminar tercero: que ni Chon ni Hojer alcanzaran la zona en el M4. Pero como era de esperar, ambos la superaron, y Chon fue incluso capaz de resolver el último problema, consiguiendo por fin entrar en el podio por primera vez este año (algo que no sucedía desde 2017). Pero Estados Unidos guardaba también un hueco para el otro gran triunfador de la noche: Yoshikuyi Ogata, el único capaz de resolver con éxito los cuatro problemas de esta última final. Primer título de bouldering para el japonés Ogata, que le valió además para terminar tercero en la clasificación general. En segundo lugar, y a apenas 5 puntos de Narasaki, termina Adam Ondra, quien a pesar de haber empezado la temporada con mucha fuerza, tomó conciencia de que si en el futuro quiere alcanzar la cota más alta en bouldering tendrá que trabajar duro para superar la regularidad de los rivales japoneses.